COMENTARIO SONETO
XXXV DE PETRARCA (Página 89)
Introducción o encuadre:
Estamos ante un texto literario
de género lírico. Es una poesía amorosa de carácter introspectivo. Es un soneto
que forma parte del Cancionero de
Francesco Petrarca, escritor, intelectual y humanista italiano del siglo XIV. Su
obra constituye el prototipo de poesía amorosa renacentista que influirá en el
estilo poético durante siglos. Concretamente, forma parte de la primera parte
del Cancionero, poemas escritos en
vida de Laura.
Contenido y estructura
La intención comunicativa: Petrarca,
en este texto, intenta comunicar un estado anímico, una necesidad sentimental
de aislamiento. Expresa su relación con el mundo que le rodea y con única
preocupación: el amor. No aparece el objeto de su sentimiento, únicamente le
preocupa analizarlo. El ser humano, reflejo del antropocentrismo de la época,
es el núcleo central de este poema.
El tema: búsqueda imposible de la
soledad ante la presencia del amor.
Resumen o reformulación del
contenido: el yo poético busca la soledad de los caminos, huye de la gente que
descubre en su tristeza su pasión. Hasta la naturaleza descubre su estado
cuando infructuosamente intenta aislarse: no puede hacerlo, el amor forma parte
de su pensamiento.
Estructura: observamos tres
partes. La primera, formada por los dos cuartetos, nos traslada la voluntad del
yo poético de aislarse, de huir de la gente. Y el porqué: la pasión amorosa. La
segunda, el primer terceto, además de intensificar su sentimiento: “tanto”, lo pone
en relación con la naturaleza, no es posible esconderse. Y en la tercera parte,
2º terceto, la imposibilidad anterior es de nuevo intensificada: no es posible
huir del amor que le aprisiona intelectualmente.
Expresión
Petrarca ha elegido un poema
estrófico que a partir de él formará parte de la historia de la literatura: el
soneto. El esquema métrico es: ABBA ABBA CDC CDC. La traducción que comentamos
utiliza el verso endecasílabo.
Hemos hablado de introspección en
la introducción al comentario. Para ello el poeta utiliza una serie de términos
referidos al campo semántico de los estados de ánimo de carácter intelectual:
abstraído, lentamente (referido a su forma de estar en el mundo), diligente,
huir, acobardo, tristemente, ardo, razonando.
También refuerzan el carácter
esencial de su estado, la utilización reiterada de verbos en formas no
personales, sin carga temporal: abstraído, huir, hallar, darse, comportarme.
Junto a estos, los presentes de
indicativo actualizan los sentimientos y dos gerundios aportan la continuidad,
la permanencia: midiendo y razonando.
Otro campo semántico, el de los
elementos de la naturaleza con los que comparte sentimientos de forma no
voluntaria: campos desiertos, monte, río, ribera, selva, camino áspero y
bravío. Estos últimos adjetivos confrontan de forma negativa con las
pretensiones del yo poético. La naturaleza como marco de los sentimientos forma
parte de la tradición poética desde la antigüedad y va a permanecer hasta
nuestros días.
Junto a estos elementos, tres
intensificadores, marcan de forma sencilla y rotunda la descripción del estado
del yo: más (desiertos), tanto (ardo) tan (áspero).
Para terminar con el análisis
morfosintáctico, destacar la oposición pronominal “yo/él/conmigo” con que se
cierra el poema y que refuerza semánticamente el objetivo del autor.
Sabemos que en el Renacimiento,
la utilización de los recursos literarios está supeditada a la sencillez, la
naturalidad, la elegancia y la eficacia comunicativa. En este texto no
proliferan.
Utiliza una metonimia muy
significativa: “huella humana”, en lugar
del ser humano en su totalidad. Refuerza la idea por oposición del
acobardamiento: algo ínfimo como una huella, le produce algo tan terrible como
la cobardía.
Clave es la utilización de la
metáfora, de tradición clásica, y muy presente durante todo el Renacimiento y
el Barroco, en “ardo”. Del tipo B en lugar de A. Aquí además aparece situada en
el final del verso, casi en la mitad del poema, con el reforzamiento de la
rima, por lo tanto muy marcada formalmente. Hasta esta palabra nos sabíamos la
causa de su pretendida soledad.
Acompaña y refuerza a esta
metáfora el juego antitético “fuera”- “dentro”.
Dos personificaciones también son
muy frecuentes en la tradición poética, la de los elementos de la naturaleza,
que “saben” y la de “Amor” que razona con el yo poético.
Para terminar, destacar la
utilización de repeticiones semánticas que refuerzan la expresividad del poema:
“paso tardo” y “lentamente”; “defensa” y “resguardo”. Estas parejas de términos,
junto
con otras como “monte y río”, “ribera y selva” “áspero y bravío” y el verso
final, conforman una estructura bimembre muy presente en el texto que
contribuye a su musicalidad.
Valoración
Si algo contribuye a la
expresividad del texto es su sencillez compositiva. La oposición yo, los otros,
adquiere una fuerza comunicativa por la contundencia de su motivo. La pasión
amorosa es lo que aleja a nuestro yo poético de los demás. En otros poemas del
autor encontraremos más explícitamente la caracterización del ser amado, aquí
no, aquí es patente que a Petrarca le interesan sus efectos, la
intelectualización de las consecuencias. Parece expresar un sentimiento de
vergüenza por que los demás vean y comprendan su estado.
Aunque expresado de forma
indirecta encontramos en este texto el tópico literario del encarcelamiento por
el amor, tan frecuente en la lírica trovadoresca, el yo poético no puede
librarse intelectualmente (“razonando”) del Amor. No es solo una prisión
sentimental, he aquí la diferencia, también la razón se encuentra secuestrada.
Algo que debe preocupar a una mente reflexiva y analítica como la del
intelectual Francesco Petrarca.
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